La reforma educativa plantea la necesidad de lograr una formación integral de los alumnos y una forma de conseguirlo es a través del desarrollo de competencias, ya que esto le permite al estudiante aprender a tomar decisiones, a comprender el mundo y proponer soluciones de emergencia y de supervivencia que se les pudiera presentar. El plan de estudios 2011 establece: Competencia para el aprendizaje permanente, Competencia para el manejo de la información, Competencia para el manejo de situaciones, Competencia para la convivencia y Competencia para la vida en sociedad.
Conforme a lo anterior, en este contexto de cambio rápido y constante, de comunicación y tecnología, parecería un desafío desarrollar una enseñanza por competencias, mas aún por que estamos atravesando un proceso de preparación para ello, aún están arraigadas prácticas tradicionalistas donde el conocimiento es la única finalidad de la educación, la infraestructura de los centros escolares no responden a las nuevas tecnologías de la educación, entre otros aspectos.
Si las sociedades cambian, la educación también necesita un nuevo paradigma en su papel, tiene que repercutir en la vida presente y futura de quien participa en ella, necesita de recursos eficaces y renovados, y por supuesto, de docentes capacitados para estos nuevos retos.
Ante la influencia de los medios de comunicación masiva que trascienden ampliamente en la visualización de la realidad, conviene formar a los alumnos en el pensamiento crítico, que sean capaces de seleccionar, entre grandes cantidades de información, la que le sea útil, comparar, cuestionar, indagar y establecer conclusiones propias a través de la reflexión, para construir de manera individual y/o colectiva, significados.
La formación docente no puede quedar relegada de estas nuevas prácticas educativas, ya que, desarrollar estas competencias también implica una reestructuración en nuestros métodos de enseñanza, una preparación profesional constante ante las tendencias educativas actuales y abordar los aprendizajes de manera transdisciplinar; es decir, donde las ideas puedan entrelazarse, retroalimentarse y complementarse, que las disciplinas se vean entramadas.
Igualmente, el abordaje de los temas se debe encaminar de un modo mas profundo, reflexivo y cuestionador, partiendo de un ambiente donde el alumno participe y sea consciente del aprendizaje que se pretende construir, propiciar la confianza para que se exprese de manera libre pero a su vez aprecie las diversas opiniones.
De aquí la importancia de la elaboración de los portafolios de evidencias, físicos o electrónicos, sean del alumno o del docente, puesto que favorecen de manera amplia el desarrollo de competencias, es una herramienta útil ante los nuevos desafíos que se nos presentan y una forma eficaz de aprender a autorregular el aprendizaje.
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